Peregrinos en tinieblas


“El único verdadero viaje de descubrimiento consiste no en buscar nuevos paisajes, sino en mirar con ojos nuevos”


(Jon Kabat-Zinn)


El primer día de la semana, muy temprano, todavía a oscuras, va María Magdalena al sepulcro y observa que la piedra está retirada (Jn 20, 1-9). Un viaje de descubrimiento espiritual al corazón de María Magdalena, en el que creí haber entendido el significado de esa presencia, diciéndome: “No me abandones estoy en tu camino y tú en el mío”.

Es posible que, en el espacio siempre abierto y receptivo de la mente, hayan retumbado las campanadas de Jon Kabat-Zinn hasta perderse en el viento: “El único verdadero viaje de descubrimiento consiste no en buscar nuevos paisajes, sino en mirar con ojos nuevos”. Caminante, no hay camino, se hace camino al andar, moduló Antonio Machado, en Cantares y Proverbios.

Y el papa Francisco dijo: “Un alma que no camina en la vida haciendo el bien, haciendo tantas cosas que se deben hacer por la sociedad, por ayudar a los otros es un alma que termina en la mediocridad y en la miseria espiritual”.

No tiene demasiado sentido caminar sin objetivos: peregrinar únicamente por llegar a un Santuario y besar al Santo, eso no es suficiente; es más importante, como insinuaba el papa, ayudar a la gente despejando las tinieblas que les dificultan ver con claridad su camino.

Tarea ardua que normalmente lleva consigo exigencias de ruptura de esquemas mentales que nos aprisionan en cárceles antievangélicas: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido para que dé la Buena Noticia a los pobres; me ha enviado a anunciar la libertad a los cautivos y la vista a los ciegos, para poner en libertad a los oprimidos” (Lc 4, 18). Cárceles que desmantelan nuestras mentes de ideas, obligándonos a peregrinar en tinieblas y a extraviarnos.

“A los judíos que habían creído en él, Jesús les dijo: Si se mantienen fieles a mi palabra, serán realmente discípulos míos, entenderán la verdad, y la verdad los hará libres” (Jn 8, 31-32).

Aparentemente, simples proclamaciones que invitan a seguir un camino inusitado hacia la plenitud humana,encendiendo las luces largas de nuestros brazos para despejar la niebla que nos impide ver con claridad nuestro camino. A seguirlo.

En NATURALIA. Los sueños de las criaturas, un Poema donde el camaleón nos dice con su eterna lentitud, cómo recorrer los caminos de la vida.

EL CAMALEÓN

En la eterna quietud de tu silencio;

en un vagar apenas perceptible,

recorres los caminos que no sigues,

que te vas y te quedas: no sabemos.

Por esta vida andas tan despacio

que dudo llegues a la otra a tiempo.

Tu reloj se ha parado en tu puerto.

Tienes un vestuario principesco:

puedes cambiar de atuendo cuanto quieras;

pero tan len… ta…, len… ta es tu manera

que nunca alcanzarás el tren del tiempo…

¿No tendrás tú razón? ¿Quién garantiza,

sagaz camaleón, con cuyos ojos

bipolares lo tienes visto todo,

que aparte de esta Vida hay otra vida?


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